Supongo que es al morir la sonrisa
de una personada amada cuando uno se da cuenta de lo rápido que pasa el tiempo.
Las flores de la primavera se han
marchitado y ha dejado paso a los hongos del otoño.
Y es entonces cuando te das
cuenta de lo que has hecho en tu vida.
O más bien de lo que no has hecho
y debiste hacer o quizás sea de aquello que nunca pudiste o quisiste hacer.
Ahora en el otoño lo piensas y te
lamentas de todas las oportunidades que has desperdiciado.
Y rezas en silencio a un dios
misericordioso que se apiade de ti y de tu vida.
Que no te haga terminar en el invierno y te devuelva
la vida en la primavera.
Rezas a mundo pidiéndole perdón
por tus errores y tus mentiras.
Pero en el fondo sabes que lo volverás
a hacer.
Volverás a mentir.
Volverás a hacer sufrir a aquellos
a los que amas y ellos a la vez te harán sufrir a ti.
Te tragas heridas y pullas con
tal de mantener la sonrisa.
Y todo volverá a comenzar.
Volverá a morir la sonrisa.
La primavera dejara paso al
verano y este al otoño quien introducirá el invierno y solo si dios quiere
regresa la primavera otra vez.
¿Por qué esperar a una primavera
nueva? ¿Por qué no somos capaces de aprovechar la que tenemos?
Mientras sigas dejando pasar el
tiempo pensado que en podía haber sido y que no fui, mientras te lamentes de
tus decisiones, mientras lloras en silencio tu vida avanza. Sin descanso y sin
prisa, a su propio ritmo de forma inexorable hacia el fin. Y cuando llegue al
final se termino para ti para mí para todos.
Llegaras y volverás a lamentarte
y reprimirte por no haber aprovechado la vida y suplicara por otra segunda
oportunidad que volverás a desperdiciar y una tercera y una cuarta y una quinta…
seguirás cometiendo los mismos errores de la misma forma.
¿Y todo por qué?
Porque somos
humanos y no tenemos otra forma de ser.