martes, 14 de julio de 2015

¿Qué quieres ser de mayor?

<<El futuro... ¿Qué voy a querer ser en el futuro? Aún está muy lejos. Muy muy lejos… ¿Verdad?
Todavía puedo pensarlo… no sé… Para el futuro aún faltan como unos… ¿9? ¿10? ¿1..3? ¡Más de dos manos de años! Aunque claro, en el futuro querré tener cosas y para tener esas cosas hay que hacer algo antes ¿no?
¿Qué querré tener? Una familia, eso por supuesto, y un buen trabajo y ser feliz. Bien. ¿Qué trabajo? Muchos quieren ser médicos pero a mí no me gusta la sangre uuugggg… otros quieren ser policía pero siempre los veo gritar y pegar a la gente y eso no está bien, aunque hay otros que son majos y van motos muy chulas pero no. Policía no. Ese quiere ser arquitecto. Lo ha dicho tantas veces que no quiero saber ni lo que es si te vuelve tan pesado. Esa quiere feminista pero creo que eso no es un trabajo aunque está muy convencida… Ese grupito quiere ser abogados y reírse de la gente, creo que hay algo que no encaja en eso… no estoy muy seguro…
Pero… ¿Y yo? ¿Yo que quiero ser? Mmmmm… quizás… podría estar bien… sí, es lo mejor…
Yo quiero ser profesor y enseñar a muchos niños cosas interesantes y que se lo pasen bien, pero no me vale con un profesor cualquiera, no. Quiero ser un buen profesor, le mejor de todos.
¿Y eso cómo se consigue? Porque está claro que un profesor no nace siendo profesor y tampoco se es buen profesor si tus profes son buenos, o sí se es… Creo que hay que estudiar o algo así…
Estoy seguro. Para ser profesor hay que estudiar y te enseñar a ser un buen profesor. Claro. Es lógico. Vas a que te enseñen a ser un buen profesor y así puede ser lo.
Bien, el trabajo ya lo sé pero ¿y lo demás? También quiero una familia y para tener una familia hacen falta una novia o un novio, aunque hay familias con un solo papá o una sola mamá…
Bueno para tener una familia tengo que estar yo, eso sí, seguro segurísimo; y se necesitan algún hijo o hija… yo quiero dos. Un niño y una niña y que se lleven muy bien y sean buenos hermanos. Para que sean bueno hermanos tengo que ser un buen papá y para ser un buen papá hay que…
¿Qué hay que hacer para ser un buen papá? No se nace siendo un buen papá y no se es un buen papá si tu papá es bueno, porque mi papá es horrible y su papá es muy bueno. Quiero ser un papá diferente a mi papá y diferente a mi mamá. Quiero ser un papá que sus hijos quieran y que haga feliz al otro papá o mamá; un papá que les ayude y que no grité, que no se enfade siempre, que juegue con los niños, que sea feliz…
Pero sigo sin saber cómo ser un buen papá. ¿Hay coles para papás? ¿Algún lugar en el que te enseñen a ser un buen papá?  Creo que no lo hay… entonces…  ¿cómo se hacen buenos papás y buenas mamás? Tendría que haber algún lugar… algún lugar donde hacer buenos papás y mamás y que sean felices.
¡Ya está! De mayor seré un profesor de papás y mamás para que pued…>>

*PLAM*

-¡Ignacio! Que te estoy hablando- gritó la profesora.- ¿Se puede saber en qué estabas pensado? No puedes seguir así ¿eh? Aunque tengas 6 años es muy importante que prestes atención desde ya.-
-Sí, señorita- dijo Ignacio volviendo a la realidad. Desde muy pequeño tenía facilidad para sumergirse en sus pensamientos y evadir su realidad cada vez menos agradable.
-¿Y bien? ¿Qué quieres ser de mayor?- dijo la profesora un poco más calmada.

-Profesor de papás y mamás- dijo con una gran sonrisa.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Y así es. ha sido y será.

Lloraré al Silencio ya que es el único que me escucha
Reiré con la Soledad que es mi fiel compañera
Dormiré con el Olvido que me protege de los dulces sueños
Creceré sin dejar ningún legado a mi paso
para que al partir hacía un destino incierto
incierto sea también el camino recorrido.
Solo la Duda será mi maleta de contenido eterno
La Razón hablará pidiendo ser escuchada pero, 
por desgracia para ella, la Resignación no la deja hablar.
Solos la Paciencia y el Dolor caminarán por la existencia.
Una existencia tan vacía como la Esperanza que la habita.
Tan muerta como el Amor que se suicido aquel día.
Nada y nadie. Nadie y nada. Dos caras de la misma monda.
Moneda sin valor alguno que viaja de mano en mano
buscado en silencio aquello que olvido haber perdido.
Moneda de Amor o Cariño pero sin valor
que sin tener nada mejor que hacer gasta su existencia en silencios bajo la mesa.

viernes, 6 de junio de 2014

Escucha el silencio

¿Dónde están los aplausos silenciosos?
¿Dónde quedan los vítores del silencio?
¿Se han perdido? ¿O cayeron en el olvido?
¿Será que ya no fascina? ¿Qué ya no enamora?
Pobre Luna olvidada en el cielo, pobre Ángel que busca su consuelo.
La mira todas las noches y recorriendo la con sus dedos
Miradas de amor y duelo, miradas que se pierden en el cielo
Pobre Ángel solitario, pobre Ángel desenamorado
Herido por quien quiso y olvidado por quien amó
Ángel caído, Ángel de nada, Ángel perdido
Su mente ya no habla, la Luna ya no responde
Sus alas ya no vuelan, no tienen fuerzas
¿Dónde está el hechizo que causaba?
¿En qué momento dejo de ser Ángel para ser nada?
¿De verdad valió la pena?
Pregunta el Ángel a la noche eterna
El silencio le responde, el silencio le habla

Ecos de un corazón que ya no ama

sábado, 29 de marzo de 2014

Los dioses también van al baño

Se fue al baño. La puerta estaba abierta, entro y la cerró pero sin pestillo, mientras se acerba al retrete introdujo su mano izquierda en el calzoncillo para sacar su pene. Levantó la tapa y empezó a orinar; mientras con la derecha invocaba una pequeña esfera de luz que paso a tener un aspecto como más granulado mientras giraba hasta convertirse en una espera de tierra que empezó a latir imperceptiblemente al principio y con más intensidad al final. Con un sonido seco la esfera se rompió saliendo de su interior un pequeño dragón de roca; se sacudió el pene y se lo guardo mientras tiraba de la cadena.

El dragón daba vueltas en el baño mientras se lavaba las manos, se miró al espejo y momentáneamente se mostró con todo su esplendor; dejó de ser un chico normal para mostrar su cuerpo ligeramente azulado cubierto por una fina túnica negra hasta las rodillas con el pelo blanco recogido en una trenza hasta la mitad de la espalda entre los tres pares de alas que salían de su espalda. Pero solo durante un instante. Hizo un gesto con la mano y el dragón desapareció.

Abrió la puerta del baño y volvió con el resto de sus amigos mientras pensaba:

“Los dioses también van al baño”


lunes, 6 de enero de 2014

Viejas amistades.

Era una noche sin Luna, el Ángel de Nada contemplaba las estrellas mientras sus pensamiento se expandían a su alrededor. La Oscuridad se acercó a él, era una amiga fiel y siempre volvía cuando ya no le quedaba Nada. La Locura se acercaba desde la base de la colina.
Juntos, la Nada, la Locura y la Oscuridad, se quedaron mirando las estrellas. La Oscuridad levantó un brazo haciendo un amago de abrazar al Ángel pero con un ligero movimiento de sus alas lo rechazó, en estos momentos solo la Soledad podría tocarle.
La noche fue transcurriendo sin que ninguno de los tres dijera Nada; poco a poco empezó a amanecer, la Oscuridad entró en la sombra del Ángel pero la Locura seguía donde siempre. Ya había amanecido cuando el Ángel dijo:
-¿Y tú?-
La Locura como respuesta sonrió, era una sonrisa hermosa, o lo sería para alguien que estuviera demente, y se desvaneció como si nunca hubiera existido aunque el Ángel sabía que en realidad había vuelto a casa. Se puso la mano en el pecho y la sintió latiendo en su interior llena de energía y gritando incoherencias con su voz de niña.
Había amanecido y era hora de marchar. El Ángel se levantó y dio la espalda al Sol, entendió sus alas, levantó la cabeza y entonces la vio. La Soledad se alzaba frente a él, pálida, con su largo vestido blanco manchado de sangre. Echo a andar en dirección del Ángel, tenía las manos a la espalda y su avance firme aunque su paso tambaleara; el Ángel extendió los brazos para recibir a su vieja amiga.
Cuando estaban uno en frente del otro el Ángel adelanto un paso y la abrazó acercándosela al pecho; la Soledad sintió en su interior la Locura y como la Oscuridad le rodeaba, ya solo faltaba ella. De su espalda sacó una pequeña daga con la que apuñaló al Ángel en su corazón, se recostó sobre él y le susurro lentamente y con la voz cargada de dolor:
-Nos volvemos a ver una vez más, Ángel de Nada. ¿Por cuánto tiempo será está vez o ya has aprendido la lección?-
Terminó de decir esto y la Soledad se hizo sangre y cayó sobre el Ángel, a través de la herida que le causo entró en él formando a pasar parte de su ser. El Ángel se sacó la daga y la guardó, en ese instante su herida empezó a cerrarse, extendió aún más las alas, echo la cabeza para atrás y susurró:
-Ya volvemos a estar todos juntos-

Alzó el vuelo y se alejó por el horizonte aún ensombrecido.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Jaque mate

Hubo una vez un Rey que se sentía solo. Era el Rey, eso nadie se lo podía negar, pero ninguna otra figura se comparaba con su valor.
No tenía a nadie más con quien hablar, no podía seguir los movimientos de los demás. Veía desde su trono a las Reinas recorrerse el tablero con agiles movimientos, las Torres avanzaban con paso firme y decidido, los Caballos y los Alfiles se movían con libertad haciendo jugadas casi imposibles, incluso los Peones que casi no tiene valor eran felices en su mundo bicolor.
Las Reinas también eran solitarias pero gozaban de libertad de movimiento; incluso, de vez en cuando algún Peón conseguía llegar a Reina y ya se hacía compañía. Pero nadie, nunca, jamás llegaba a Rey. No se podía, era la ley.
Era el precio a pagar por ser la figura de más valor. La soledad.
El Rey no quería esto; al menos quería poder moverse, seguir a los demás por el tablero y jugar con ellos. Así fue como el Rey dejo de ser Rey y se convirtió en Reina. Cedió su puesto a la Reina más anciana que ya estaba aburrida de correr de un lado para otro como una loca.
Fue feliz siendo Reina; podía correr, avanzar casi de cualquier forma y lo mejor era que de vez en cuando aparecía otra Reina para hacerla compañía, pero no duraba mucho.
Cuando se encontraba con otra eran momentos de felicidad absoluta pero sin saber cómo siempre se acababa quedando sola. Las otras Reinas desaparecían. De hecho juraría que las veía otra vez convertidas en Peones, Alfiles, Caballos o Torres.
Se decía a si misma que eran imaginaciones suyas. Ser Reina era lo mejor. Tienes un gran valor y casi total libertad de movimientos. ¿Qué hay mejor que esto? Nada.
Llego un momento en la que yo no podía disfrutar de la compañía de otras Reinas. Sabía que la iban a abandonar como habían hecho todas las anteriores. Pero quería saber el porqué. NECESITABA saber por qué la abandonaban.
Ya no pudo más tuvo que preguntar, y la repuesta la sorprendió. Las Reinas eran felices siendo Reinas pero eran más felices estando con sus parejas, con todos los amigos y amigas que habían hecho hasta llegar a Reinas, por eso siempre volvían atrás.
La Reina nunca se había plateado la amistad fuera de su valor y mucho menos el amor; para ser sinceros como Rey no sabía que existieran tales cosas en el mundo.
Dedicó muchas jugadas a pensar en ello y a observar a las demás piezas del tablero.
Se dio cuenta que desde hacía un par de jugadas sentía una curiosidad por una Torre en particular.
A primera vista era como todas las demás; alta, firme, segura de sí misma y muy decidida. Pero esa Torre en particular era divertida. A pesar de solo poder moverse en cruz hacia unos movimientos increíbles, era alocada e independiente.
Empezó a hablar con la Torre. Descubrió que era muy inteligente y divertida. Era muy ocurrente y tenía un puntillo de irreverente que le despertaba un cosquilleo en la base muy agradable.
Con el tiempo descubrió que amaba a esa Torre.
La Torre la correspondía pero una relación con tanto valor de diferencia no podría terminar saliendo bien. La Torre no iba a aumentar su valor, ya que eso implicaría perder esa libertad que tanto amaba. La Reina deseosa de poder estar con su Torre bajo una vez más de rango. Paso de Reina a Torre.
Ahora Torre y Torre podían amarse en igualdad de condiciones. Ambas jugaban al mismo nivel; pero no duraría mucho su felicidad.
Al tiempo la Torre bajo a Caballo. Quería poder moverse de otra forma, hacer movimientos inesperados. La Torre estaba triste, su Torre se había ido Caballo y ya no podrían jugar al mismo nivel. La Torre estaba destrozada, ya pensaba que no tenía oportunidad de nada cuando su antigua Torre, Caballo ahora, la demostró que la seguía amando, la demostró que aunque juegan a distinto nivel podían seguir amándose.
Durante mucho tiempo fueron felices pero poco a poco la diferencia de valor empezó a ser demasiado. Empezaron con pequeñas riñas; pensaron que eran roces ya que siempre terminaban solucionándose pero solo fue cuestión de tiempo que cada vez discutirán más y más. La Torre sabía cuál era la solución. Bajar a Alfil, tenía el mismo valor que el Caballo. Su relación volvió a funcionar, volvían a ser felices.
El Alfil era feliz con su Caballo pero no podía evitar recordar cuando era Rey o Reina; por un lado echaba de menos el valor que tenía y el poder que conllevaba pero era muy feliz con su Caballo. Merecía la pena haber sacrificado tanto para tener un amor tan puro.
Al Alfil le costó mucho acostumbrarse mucho a esa nueva posición pero se terminó adaptando. Aprendió a ser feliz como Alfil con su Caballo. Pero la felicidad no duró mucho, por alguna razón desconocida todo el tablero tenía tendencia a bajar de nivel, ya no había casi Alfiles ni Caballos, Torres sobrevivían dos y a duras penas, había una sola Reina y un Rey. Siempre habrá un Rey al menos. Era irónico pero la idea que tuvo cuando era Rey era que las figuras ascendiesen en vez de bajar, llegar todos a Reyes y Reinas.
Solo fue cuestión de tiempo que su Caballo quisiera ser Peón. No hay nada de malo en ser Peón pero son simples y sin apenas objetivos. ¿Por qué una Torre ha terminado siendo Peón? ¿Qué ha fallado?
El Alfil estaba desconsolado. Su amor se volvía a ir y volverían a tener problemas. ¿Qué hacer? ¿Renunciar a ser Alfil tras haber renunciado a casi todo o recuperar su posición?
Su, ahora, Peón estaba esperando una respuesta. Él quería seguir con su Alfil pero no era consciente de todo lo que había sacrificado para llegar hasta allí.
El Alfil lo había decidido ya, sabía que camino iba a tomar pero era aquello que debería haber hecho desde el principio; pero antes de seguir su camino solo se limitó a decir:

“Jaque mate”

martes, 11 de junio de 2013

Quiero gritar una vez más…

Quiero gritar una vez más;
gritar fuerte y alto
para que se enteren todos.
Quiero gritar hasta quedarme afónico;
quiero gritar hasta que sienta mis cuerdas vocales romper.
Gritar para espantar el dolor,
gritar hasta callar las voces de mi mente
que me dicen: “ríndete y muere”.
Quiero gritar hasta que me estallen los pulmones;
gritar al silencio,
gritar al mundo y al destino cruel.
Quiero gritar hasta que broten lágrimas de mis ojos;
quiero gritar hasta desfallecer.
Quiero gritar y gritaré.
Gritaré a quien me dijo que no podía,
gritaré al que me dijo ríndete.
Me gritaré una y otra vez,
me gritaré hasta por todo lo que fui y deje de ser;
para poder algún día
volver aullar a la Luna y descansar después.
Gritaré una vez más…

Solo una más…