lunes, 31 de diciembre de 2012

¿De qué color son los vientos?


En una noche de calma se desliza un viento de color entre las copas de los arboles.
Vaga sin rumbo aparente recorriendo cada rama acariciando cada hoja, llevando su color por el bosque que duerme mecido por sus brazos. Un giro a la izquierda, asciende y cae en picado; parece que se fuera a estrellar contra el suelo pero antes de colisionar retoma su vuelo con suavidad como si besara a la tierra; al ascender de nuevo se lleva consigo las hojas ya caídas del viejo roble que contempla con pena en su mirada como el viento de color vuela hacia la noche eterna.
A lo lejos se ven lo que parecen ser luces de algún pueblo en fiestas, pero no, son otros vientos de color. Se pasean por la noche con sigilo y armonía acariciando al bosque, susurrando a los animales que duermen en él, empujan las alas de los búhos que emprenden su viaje en la noche.
Acarician la superficie del algo de las ninfas; la más joven de todas se despierta al ser acariciada por una ráfaga rezagada. Sus ojos brillan ante el espectáculo que tiene ante sí.
En la superficie del algo miles de vientos de todos los colores habidos y por haber danzan en su superficie; como en una coreografía perfectamente sincronizada suben y bajan a la par, se entrelazan, hacen piruetas imposibles. Miles de colores danzan en la noche buscándose los unos a los otros.
De pronto sin previo aviso todos los vientos ascienden como si quisieran besar la Luna.
Todos se entrelazan, sus colores se mezclan formado otros completamente nuevos y se vuelven a separar. Poco a poco dejan de ascender mientras su extraña daza cambia.
Los vientos danzan como si fueran partes de un pequeño mundo, como si con sus corrientes formaran una gran pelota de colores; como si el arco-iris se hubiese vuelto esfera.
Es noche cerrada y los vientos de colores bailan.
Es noche cerrada, la Luna brilla grande y hermosa en el cielo; enfrente suyo, todos los vientos danzan.
Es noche cerrada y el baile del viento es hipnótico, te cautiva con su color y su forma. Como una promesa perfecta que jamás es rota los vientos van cobrando forma; sus corrientes ya no se alejan casi, sus colores permanecen en multitud de matices; su danza forma ya una esfera perfecta. Poco a poco se van comprimiendo hasta dejar suspendido en el aire, junto en frente de la Luna, una pequeña esfera de todos los colores que podrías imaginar.
Es noche cerrada y la Luna contempla con infinito cariño el fruto de su amor. Del amor por un planeta la cuida todas las noches como una madre protege a su hijo.
Esfera de los vientos, hija de la Luna, portadora de color, creadora de Aerish.

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