En mi casa, en la cárcel, en el
infierno, en el corazón de todos los que me quiere, en la mente de los que me
recuerdan, en el aire en constante movimiento, en el mar infinito, en las
lágrimas de los cocodrilos y la risa de las hienas, en cada hoja del árbol y en
cada árbol de bosque, en el lugar donde muren los sueños y naces las ilusiones,
en la galaxia inexistente, en el mismo lugar donde viven los cuentos de hadas y las historias de fantasía, en la casa de mi hermano, en bucle eterno de
contradicciones e incoherencias, en un paraíso marchito, bajo el puente a
Narnia y en el camino a Terabithia, en cada estrella del cielo, en ningún lugar
y en todos los sitios. Mi hogar es algo etéreo e indefinido.
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