En los comienzos de los tiempos
por el mundo andaba un Músico capaz de interpretar la canción del corazón de
cualquier cosa. La melodía oculta del corazón es pura y esconde los secretos más
profundos del alma de cada uno. También se dice que te quien toca la melodía de
tu corazón tiene control absoluto sobre ti.
La capacidad de este Músico era
inigualable y era por eso mismo por lo que era repudiado por todos. Nadie quería
estar cerca de alguien que podía controlarlo conocer sus secretos. Es así como empezaron
los problemas.
Cuando el Músico llegaba a un
pueblo o una ciudad era recibido a pedradas. La gente lo insultaba y le lanzaba
toda clase de porquería. Con el tiempo se canso de que fuera tratado así sin
que la gente se molestara en conocerlo, por lo que decidió empezar a castigar a
todos aquellos que lo habían tratado mal.
Empezó a tocar la melodía oculta
del corazón humano causando guerras allí donde no era bien recibido. Poco a
poco la humanidad se vio enfrentada por razones que no entendía; de la noche a
la mañana la gente se odiaba, de ahí pasaban a las manos y en menos de lo
cantaba un gallo todos se estaban peleando. Pero como la gente no aprendía y seguía
tratándolo como si fuera un demonio o un paria.
El Músico cabreado con la
humanidad llevo un paso más lejos su arte. Empezó a tocar las melodías ocultas
de la naturaleza; porque todo en el mundo y el universo tiene un corazón y en
su corazón se oculta su canción.
Fue una noche sin Luna cuando
todo empezó. El Músico subió a lo alto de una montaña toco la canción oculta de
las nubes. Las hizo llorar, lloraban por la tierra por los hombres y sus
guerras. Lloraron durante tres días y tres noches, sería lo que hoy se conoce
como el diluvio universal, cuando dejaron de llorar y las aguas se retiraron
las guerras de los hombres habían terminado pero el Músico seguía sin ser bien
recibido. Ahora la gente lo odiaba por sus actos y por su don.
El Músico ya no podía más. Necesitaba
ser aceptado por alguien por quien fuera y ahora solo era repudiado por humanos
y animales. Solo le quedaba una solución. Tocar la melodía que escondía su
propio corazón y poner así fin a una vida que solo le había acarreado
sufrimiento.
Hizo un largo viaje en busca de
su corazón, pues se lo había robado una
bruja como castigo por las guerras que había causado. Su viaje lo llevo al
norte. Al polo más frio del planeta, allí en el centro de un gran iceberg se
escondía el corazón de un hombre que nunca había sido amado, el corazón
sangrante de quien es repudiado por su don, un corazón lleno de grandes
intenciones, un corazón que fue destrozado por el temor humano, un corazón que escondía
la clave para acabar con su sufrimiento.
Hizo aquello que tan bien se le
daba, tocar. Tocó para el iceberg, y este conmovido por el dolor que acarreaba
su alma retiró el hielo que cubría su corazón.
Era ya noche cerrada cuando por
fin obtuvo su corazón; la Luna lucía en el cielo. La Luna siempre estaba
deseando salir para poder escuchar las canciones del Músico, es por eso que
cuando vio las intenciones del Músico no pudo evitar echarse a llorar, no
quería que muriera la música en el mundo.
El llanto de la Luna llego a oídos
del Músico. Estaba anonadado jamás había pensado que su música le gustara a un
astro tan importante como la Luna, nunca imagino que alguien valorara su arte
pero ya era demasiado tarde. No había vuelta atrás. Empezó poco a poco a tocar
la canción oculta de su corazón.
La Luna se estaba desesperando no
podía ver como su Músico permitía que su don muriera. No podía verle morir; tenía
que hacer algo. De repente a la melodía sin letra del corazón le fue a
acompañando una dulce nada. Era la nana de la Luna, quien también podía ver la
canción oculta del corazón; era la nana que escondía el corazón de la Luna, un
corazón que buscaba alguien de quien cuidar.
Cuando termino de cantar el
corazón del músico latía con emoción como cuando era niño y aprendía a tocar. La
dulce nana de la Luna había devuelto la ilusión y la ganas de vivir pero solo
quería vivir con la Luna puesto que solo ella había sido capaz de valorar su
arte.
La Luna también quería pasar su
tiempo con el Músico pero ella siempre estaba de viaje y no se podía quedar con él por mucho que ella quisiera. Es por eso
que el Músico la regalo su corazón que portaba la totalidad de su arte. La Luna
en cambio le ofreció el suyo, portador de las hermosas nanas.
Desde entonces la Luna y el Músico
viajaron juntos entonando las más hermosas de las canciones acompañada de las
más dulces letras. por el final de los tiempos la música de dos grandes
artistas sonara en unión para que todos aquellos que vivan en la soledad vena
que siempre en lo más alto de los cielos la Luna y el Músico tocan para ellos.
Sonará la nana de la Luna acompañada de la melodía oculta del corazón del
primer hombre que sintió amor de verdad.
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