Suspiro y alargo mi mano
para intentar rozar tu rostro. Abro los ojos y me doy cuenta de que era un
sueño, sin embargo sigo sintiendo tus dedos en mi espalda recorriendo cada
vertebra. Me giro y solo veo sombras que me miran con cara ente extrañeza y duda.
Entierro mi rostro entre mis manos. No quiero seguir disimulando, no quiero
seguir estando solo, sólo quiero que todo vuelva a ser como antes, que todo
fuese más fácil y claro. Pero es imposible. No se puede cambiar el pasado y el
presente es testarudo. Sólo me queda el futuro para redimirme y recuperar
aquello que hace tanto que pedir. Me levanto y abro la venta de la buhardilla.
Fuera brilla el sol escondido tras la niebla. Inspiro con fuerza. Ya me siento
mejor. Es hora de que haga lo debía haber hecho hace años. Ahora soy aire. Me
escapo por la ventana y me alejo veloz en busca de un cuerpo con ganas de
vivir. Al igual que debía haber hecho todos y cada uno de estos 20 años. Ya que
soy una alma de viento errante y en pena.
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