Al abrigo de la Noche los dolores desaparecen,
te arropa con su
manto de estrellas con gesto protector.
La Noche es una
madre protectora que con sumo cuidado mima el corazón roto.
Lo desinfecta y
cose y con infinita paciencia lo mece en su seno;
mientras le viento
nocturno,
susurra la nana de
los astros
Dulce melodía que
sana las heridas.
La Noche es una
madre comprensiva.
Siempre está allí
cuando se la necesita y cuando no también pero se aparta y no molesta;
se queda callada
en su manto de estrellas.
Sabe cuando
acercarse, cuando se quiere su abrazo y cuando se necesita la soledad.
En la Noche los
dolores se vuelven sordos y los recuerdos mudos.
Y es cierto que
tiempo todo lo cura pero…
no es nada más que la panacea que la Noche
suministra.
Por la Noche
puedes soñar y ella te deja;
te mece entre sus
brazos usando la luna como almohada.
La Noche es una
sabía protectora del alma humana.
La cuida y repara
con cuidado poniendo ello toda su aura.
Pero un defecto
tiene la Noche.
Y es que una
herida que ya es nula la abre y hurga.
Todo con el deseo
de que se cure del todo.
A la Noche no la
vale un “ya no me duele” o “si ni siquiera lo noto”.
Una herida es existe
y su misión como madre protectora
es cuidarla y
tratarla para que sane bien y sin dejar marca.
Es por eso que la
Noche es odiada por mucho pero también es amada por muchos más.
La Noches te
cuida, respeta y escucha.
Jamás te hiere o
grita.
Siempre te protege
y mima.
Abre tu mente al
infinito y cuida tu cuerpo en la tierra.
Por eso la Noche
es la cura del alma,
Es el alimento del
corazón.
Y al almohada de
los sueños.
Por eso te deseo:
Buenas Noches.